28 de noviembre de 2014
¿Por qué nos cuesta tanto cambiar de opinión?
¿Por qué nos cuesta tanto cambiar de opinión?
Es habitual en foros de profesionales de la
mediación que se afirme que las creencias son fijas, intangibles e
inabordables, y no se puede ni siquiera intentar cambiarlas. Pero en mediación, para que dos personas con posiciones
totalmente enfrentadas lleguen a un acuerdo, es imprescindible que se produzca
"un cambio" en algunas áreas de la vida interna y externa de las
partes. Una de esas áreas es "el
cambio en las creencias".
Las creencias,
en su origen, no son más que opiniones, formas de entender una
determinada realidad.
Es fácil encontrar gente proponiendo buenos
argumentos y citando evidencia sólida y como consecuencia con opinión y
creencias firmes e inmutables, pero también encontramos gente que aún siendo
refutada la información sobre la que se basa una creencia, la creencia
permanece. Recuerdo que alguien dijo una
vez que incluso si el cuerpo de Cristo fuera encontrado, los fieles
permanecerían fieles.
Pero si alguien se aferra con todas sus fuerzas
a algo que ya ha sido desacreditado probablemente es porque ese aferrarse
cumple una función muy importante en su vida.
¿Porque nos cuesta tanto cambiar de opinión?
¿Somos propensos a persistir en nuestras creencias hasta el punto en que son
indefendibles?. Y si es así ¿Por qué?
Hay casos que resultan especialmente gráficos
y reveladores: Son aquellos en los que toda la evidencia que originalmente dio lugar a una creencia en particular es completamente desacreditada. Cuando toda
la evidencia en la que se basó una creencia se muestra ficticia, entonces
esperamos que la creencia se revierta –cambie.
Numerosas investigaciones demuestran lo
contrario: la creencia no cambia a pesar de haber dejado patente con evidencias
lo erróneo de la misma.
Todo indica que un proceso cognitivo fomenta
esta perseverancia. Este proceso involucra la formulación de guiones causales y
deriva de nuestra tendencia a buscar o construir explicaciones para dar cuenta
de lo que opinamos.
Una vez que una explicación causal es generada,
continuará implicando la probabilidad del estado de cosas explicado, aún cuando
las bases originales para creer en ese estado de cosas sean eliminadas.
La gente se aferra a sus creencias mucho más
de lo que es lógicamente esperable, incluso frente a la invalidación de sus
fuentes.
Y ¿qué podemos hacer si, aún después de que la
evidencia inicial en la que se basa la creencia es totalmente desacreditada, la
gente se niega a reconsiderar y revisar sus propias creencias?
Los efectos de esa perseverancia podrían
reducirse si los sujetos fueran invitados a pensar en las explicaciones que
hubieran dado si hubieran estado en el grupo opuesto al de ellos. El cambio de
roles entendido como la práctica de tomar diferentes perspectivas es el
antídoto contra la perseverancia de las creencias desacreditadas.
Buen fin de semana, y si podéis, practicar este ejercicio como un juego, cambiar los roles, con los hijos, con la pareja.....o bien en una conversación, intentar defender lo del contrario y a la inversa. Es una forma de empatizar y ver las cosas desde otra perspectiva, y además......es divertido. (Hoy nos ha salido un artículo larguísimo, pero, viernes y lloviendo,... ¿que otra cosa se puede hacer mejor?)
Yo creo que en estas situaciones en las que el individuo se aferra a una creencia concreta, hay una parte importante de miedo a no creer o a tener que cambiar de creencia. Es como la zona de confort, en el fondo no quieren cambiar de esa posición incluso aunque como dices haya evidencias de que no es cierto. Esto les da seguridad porque han estado un tiempo determinado en esa creencia y prefieren seguir en ese estado. Por eso en las civilizaciones menos desarrolladas donde la vida es mucho más sencilla las creencias por ejemplo religiosas se llevan al extremo, porque necesitan creer en algo para sentirse protegidos y renegaran de todo aquel que quiera sacarlos de esa creencia. El planteamiento de cambio de roles es muy interesante pero tiene que partir de una actitud abierta de ambas partes para que se produzca el resultado deseado. Un beso
ResponderEliminarEsa zona de confort es precisamente la que hace que mucha gente no avance y se quede estancada en creencias u opiniones erróneas. Es como un parapeto del que no quieren salir, por comodidad, por miedo o simplemente por ignorar la realidad.
EliminarClaro que hay que tener una actitud abierta para hacer lo del cambio de roles, así y todo, no todo el mundo es capaz de hacerlo, no es tan fácil, requiere tener empatía , y eso no sabe hacerlo todo el mundo, pero sería interesante que al menos lo intentaran.
Un beso B.
¿Pero bueno, qué te pasó ayer?, estos plantonessss
ResponderEliminarMe vas a hacer cambiar de opinión sobre ti, ¿eh?......, no, eso nunca.
Es un tema interesante y para pararse a pensar un rato. Si que nos cuesta. Estamos en la creencia que lo que venimos pensando de siempre es así, y cuando escuchamos otra versión, u otro punto de vista sobre una cosa, nos a ferramos a lo nuestro y no queremos escuchar nada más.
Si es sobre política, football, religión....ya apaga.
Ese jueguecito que planteas es interesante, cuestión de probarlo....
Vaya día que se presenta, de los que te gustan, paraguón y gabardina hasta los pies.
Buen fin de semana guapísima, y no me hagas más esto, que ayer me dejaste triste y aburrido.
Si que es verdad, el jueves di plantón por el viernes, y hoy tambíén por el miércoles. Son gajes del oficio que alguna vez ocurre, pero gracias a Dios, pocas veces.
EliminarEs un tema interesante, si que es verdad, igual que interesante es también el juego que planteo, hace que veamos las cosas desde otras perspectivas, y eso viene muy bien, y a determinadas personas más.
Hoy parece que toca día despejado pero frío, a ponernos el abrigo.
Que tengas un buen día nº 1
Carmela.....¿dónde estarías tú ayer?. Eso de abandonar a tus lectores y comentaristas no puede ser.
ResponderEliminarJajaja, es que soy una malaje.
Mira, yo suelo ser así, soy más bien cerrailla, tú lo sabes, y me cuesta trabajo cambiar de opinión, no es por nada, si no que una le coge cariño a lo que ya sabe, y que además cree que tiene la razón. Voy a tener que pensar sobre ello y hacer de vez en cuando ese jueguecito que propones, sobretodo con uno de mis hijos que me trae loca, a ver si tengo suerte y lo entiendo.
Corazón, buen fin de semana aunque sea así de negro.
Si yo te contara....
EliminarNo es que seas cerrada, más bien que le coges cariño a lo tuyo, jajaja, pero a veces es bueno escuchar y si hay que cambiar algo de lo que veníamos creyendo, no pasa nada, tenemos capacidad para eso y mucho más, ¿a que sí?
Haz lo del cambio de roles, te alegrarás, ya me contarás.
Un beso corazón.
Yo me considero sabia, porque estoy abierta a otras opiniones, siempre y cuando sena mejores que las mías. Es una forma de aprender y enriquecerse una.
ResponderEliminarAhora bien, hay algunos que se ponen lo de los borricos a los lados, y van mirando para adelante, y no ven más, es de pena. Tienen ideas fijas, y de ahí no los saques.
Nosotras sabias, otros necios, anda y que le den, jajjaaa, como diría la Lola.
Un beso guapita que me ha gustado mucho tu extenso artículo de hoy.
la jerezana, ¿hoy nadie firma?
Tú si que sabes,esa es la manera mejor de vivir, abierta a nuevas cosas y experiencias. Hay gente que se cierra y es complicadísimo hablar con ellas.
EliminarMejor sabias que necias, jajaj
Un beso guapita de cara, y gracias.
Yo creo que una mezcla del miedo al cambio, zona de confort y cabezonería. Anda que no hay gente a la que se ha demostrado que sus planteamientos no son correctos y siguen erre que erre, de la misma forma que seguimos cayendo en la misma piedra.
ResponderEliminarEso es, cabezonería, lo que tienen muchos Nuria. Y no se bajan del burro ni a la de tres. Creyendo que son mejores defendiendo lo indefendible y no escuchando otras opiniones, y no saben que se encierran en una espiral que le perjudica más que beneficiarles.
EliminarBuen lunes.
Si además hablamos de esas creencias que tienes de toda la vida, de las que heredas de la familia, de las de siempre, olvídate de cambiarlas.
ResponderEliminarTe voy a contar una anécdota. Un día hablando con mi madre sobre la carne. En mi casa siempre se ha comido mucha, y de cerdo y ternera sobretodo. Desde que me casé, yo en mi casa apenas la como. Me gusta más el pescado y la carne, la de pollo o pavo. Bueno, pues ella, erre que erre con que si no como carne , que la proteína de la carne es muy buena. Un día, le llevé un artículo desmintiendo todos esas creencias, y demostrando que hay proteínas mucho mejores que la de la carne. No hubo manera, que no podía ser. ¿Cómo va a ser eso, si de toda la vida la carne ha sido buenísima?
Con la comida no puedo con ella, y se morirá pensando que todo lo suyo es como debe de ser, y ya está.
Desde mi punto de vista "bajarse alguna vez de carro" te enriquece, aprendes cosas nuevas, la vida va cambiando y se descubren cosas que antes no se sabían. Pero no todo el mundo está por la labor, que se le va a hacer.
Hoy me ha cogido el toro y la lluvia, un beso.
Cristina.
Cristina, yo te podría contar otras anécdotas también de cosas de comidas, y son por el estilo. Una vez escuché que a la gente le cuesta más cambiar de estilo de comer que de religión, y yo me lo creo.
EliminarA mi si que me ha cogido el toro esta semana, a ver si me pongo al día.
Un beso y buen día.
A la pregunta que hacéis sobre por qué la gente persiste en sus ideas aunque sepan que están equivocadas, me parece que es por falta de estima o de confianza en ellos mismos. Tienen la creencia de que si cambian no son auténticos, con su verdad hasta la muerte, y ellos mismos se entierran. Creyendo que son chaqueteros por cambiar de opinión sobre algo que llevan pensando mucho tiempo, y lo que no saben es que son necios.
ResponderEliminarEnrique
Eso es verdad, Enrique, la falta de confianza hace que te aferres a determinadas cosas, y de ahí no te saquen. Es mucho más cómodo y no tienes que aprender nuevas cosas, si no que sigues con tu monotonía de siempre, aunque te pueda estar perjudicando, es igual.
EliminarQue tengas buen lunes.