Cuestión de prioridades.
Cada persona es un mundo. Aunque parezca que hoy en día la mayoría estamos cortadas por un mismo patrón, después a la hora de la verdad cada persona tiene unas necesidades y unas prioridades diferentes.
A lo mejor porque nos dejamos llevar por la moda, por las corrientes, por lo que digan los demás o por lo que hagan, pero en verdad, cuando se profundiza en cada una de ellas afloran cosas distintas y dispares, cosas que carecen de importancia a simple vista pero que son fundamentales para cada uno de nosotros.
Vivimos una etapa política de difícil consenso. Y lo vemos en lo complicado que lo tienen a la hora de ponerse de acuerdo en la gobernabilidad de nuestro país. A primera vista todos tienen como prioridad España y los españoles, pero cada uno es capaz de pactar con el diablo por conseguir llegar a la Presidencia.
Si es difícil ponernos de acuerdo en cuestiones políticas, no digo nada en cuestiones personales.
Cada uno desde nuestra visión vemos como ante unos mismos hechos la reacción de varias personas suele ser distinta. Diferente educación,creencias..... en definitiva, distintas perspectivas.
Eso lo sabemos bien los que nos dedicamos a la mediación. La dificultad con la que nos encontramos a la hora de que posiciones encontradas sobre un mismo hecho se unifiquen o al menos se respeten.
Si todo queremos lo mejor para nosotros mismos y para los demás, debería de ser fácil llegar a un acuerdo, pero no es así.
Cuestión de prioridades, y es verdad. Siempre digo que es mejor perder una batalla pero ganar una guerra, que mejor es tener paz que tener razón, pero esa no es la prioridad de muchos. Prefieren tener razón a costa de sacrificar relaciones, amistades, familia e incluso a uno mismo.
Todo se centra en tener "poder". Aunque sea a costa de perder la dignidad e incluso, en muchas ocasiones, la salud.
La sencillez en la vida como en todo debería ser nuestro timón, pero desgraciadamente no es así.
Empezamos nueva semana un poco cuesta arriba, después de unos días de asueto, de descanso y relax para unos, y de frenesí, pasión y viviencias religiosas para otros.
Cuestión de prioridades.