Si me tuviera que casar en estos tiempos....., no me casaba.
¡Hasta la coronilla de tantas despedidas de solteros/solteras!
¿Pero hoy en día no puede uno despedirse de la soltería con sus amigos (simbólicamente, claro) antes de casarse sin hacérselo saber a medio mundo?
Antes era algo privado entre el novio/novia y aquellos que querían celebrar con ellos su inminente matrimonio. Una comida, cena, risas y si se terciaba, algún que otro baile. Por supuesto, nosotras monísimas, y ellos, en las suyas, también.

Mientras más hortera, más chabacano, según creo "más original", mejor.
Por eso digo, que si hoy me tuviera que casar y hacer la despedida de soltera como se estila en estos tiempos......, decididamente, no me caso.
Con razón nos vienen advirtiendo los sociólogos y psicólogos de la "infantilización de la sociedad postindustrial".
Marcel Danesi, profesor de antropología y autor del libro "Forever Young" (por cierto la puesta en escena en teatro, fantástica), describe a la perfección este síndrome colectivo, donde la adolescencia se extiende hoy hasta edades muy avanzadas, generando una sociedad inmadura.
Vemos esto también en la cantidad de programas de entretenimiento y de series, donde tienden a considerar la inmadurez deseable, incluso normal para un adulto.
Los derechos imperan sobre los deberes, la protesta a la auto superación, y por supuesto, la imagen se antepone al mérito y el esfuerzo.
Las ya conocidas "botellonas" a las que tiene derecho, sin la menor duda, menoscabando su estado físico y mental, y por supuesto, sin la responsabilidad que conlleva la recogida de basuras que acumulan y el destrozo de la vía pública.
Estos nuevos tiempos son testigos de la búsqueda de un físico infantil sobre uno maduro, de los instintos, del placer a corto plazo, de los privilegios, desapareciendo la cultura del pensamiento, de la reflexión, del entendimiento.....
Lo peor no es que la gente intente verse físicamente más joven (a nadie nos amarga un dulce), lo preocupante es cuando se afanan en el cultivo consciente de su propia inmadurez, pareciendo que el conocimiento que proporciona la edad no es ya una virtud, sino un lastre que hay que esconder a toda costa.
¡Que suerte que he tenido de ser hoy madura para haber podido hacer mi despedida de soltera como Dios manda!
¿Clones de nuestros hijos y de nuestros nietos? no, por favor.
Por cierto, ya he visto novios/novias de toreros, prostitutas, colegialas, de marujas, de "ordinarias"....¡¡¡pero las disfrazadas de "pene"!!!
Seguro que se han llevado el Premio al Pensamiento Ilustrado.
