25 de mayo 2017
¿Generación Blandiblud?
¿Generación Blandiblud?
Hay un anuncio en la radio que promociona un viaje a un
parque temático en el extranjero donde un niño empieza a cantar el cumpleaños
feliz y la madre, al darse cuenta de lo que está insinuando, le dice que irán y
celebrarán allí toda la familia el cumpleaños.
Podíamos decir que es un anuncio normal, una forma de dar
publicidad y atraer la atención tanto de niños como de adultos.
Lo extraordinario lo escuché en el programa de Carlos
Herrera donde un señor dejó en el contestador del mismo una queja sobre este
anuncio, alegando que hay muchos padres
que no pueden permitirse el lujo de ir a ese sitio y que los niños pueden verse
frustrados al escucharlo, por lo que deberían prohibirlo.
Perplejos se quedaron los del programa y perpleja me quedé
yo.
¿Quitar las piedras del camino para que tu hijo no se caiga,
o enseñarlos a esquivarlas y a levartarse en el caso de que lo hagan?
De esta forma, los feos no querrán ver anuncios de guapos,
los gordos de delgados, los parados de trabajadores……..
¿Qué generación es la que queremos?
El profesor Alfonso Aguiló, en su libro “Educar el carácter”,
dice que cuando una familia no quiere que sus hijos pasen por lo que ellos
pasaron, la sociedad se vuelve más cómoda, blanda y menos esforzada.
El carácter, eso es en lo que deberíamos centrarnos.
Hacerles ver que la fuerza de voluntad y el poder de la perseverancia, más que
la inteligencia, es lo que hace a las personas con éxito.
Me encanta el lema que tiene una de las cadenas de colegios
de EEUU, KIPP, “trabaja duro y se amable”, creo que lo resume muy bien.
Enseñar humildad mientras se disfruta del éxito y capacidad
de recuperación en el fracaso. ¡Que difícil pero que útil!
Victoria y fracaso,
dos impostores a los que hay que tratar de igual forma.
¿Traumas? En vez de enseñarles a indignarse tanto,
enseñarles a echarle valor, a actuar en consecuencia cuando se sabe lo que está
bien y lo que está mal y a tener coraje. Seguro que habría menos niños llorando por lo que no pueden conseguir ya que estarán luchando por lo que si pueden hacer.
Como escucho al Herrera también, escuché lo que dejó un padre en el contestador en relacion con ese anuncio, y......sin palabras.
ResponderEliminar¡Habrá anuncios!
Desde luego prohibitivos para mi, a montones, ni coches, ni viajes, ni casas estupendas, joyas......que los quiten todos porque como yo no me lo puedo permitir, jajaja.
En fin, no más comentarios.
Besos y, ¡último jueves de mes!, que no lo has dicho.
El poema de Kipling, ¡fantástico!
ResponderEliminar"Si puedes hacer un hato con todos tus triunfos
y arriesgarlo todo de una vez a una sola carta,
y perder, y comenzar de nuevo por el principio
y no dejar de escapar nunca una palabra sobre tu pérdida;".
No tiene desperdicio, ese sería el anuncio.
Terminando mayo guapísima, y más calorrr.
nº 1
Totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarCuando me reúno con madres del colegio, me da hasta cosa de no tirarme al suelo cada vez que mi hijo se cae y se levanta solo. Es que me miran hasta mal.
Que lo piensen los padres, ¿toda la vida van a estar detrás para levantarlos o para que no se caiga?, ¿no es mejor enseñarles a levantarse una y otra vez ellos solitos?
Yo lo veo así, y actúo en consecuencia, el día de mañana mis hijos podrán andar solitos sin su madre.
Buen finde.
Es así, y la culpa la tenemos en gran medida los padres que parece que estamos criando hijos de cristal. De padres frustrados salen hijos frustrados, ya que no les dejan crecer.
ResponderEliminarA mi tampoco me gustaba el "moco verde" que se pegaba a todo y siempre estaba sucio, jajjaja.
Un beso corazón.
Hacer ver a los niños que con esfuerzo se consiguen las cosas, y aprender a ganar y a perder, son cosas fundamentales para crecer.
ResponderEliminarEn mi trabajo lo veo todos los días, pero es en casa donde tienen que empezar a trabajar en ello.
La frustración no es otra cosa que una respuesta emocional a las expectativas no cumplidas, y de ahí la ira, la impotencia.
ResponderEliminarEl que en los colegios no se quiera merecer al que vale porque se frustre el que no vale, o no poner ceros, o exigir menos.....eso lo que hace es crear personas que a lo largo de su vida van a estar frustradas por un cosa o por otra. Siempre habrá alguien mejor que tú, lo que hay que aprender es a sacar lo mejor de cada uno y darse cuenta que no pasa nada, que cada cual vale para lo que vale, pero luchando. "Trabajando duro y siendo amable", como decía el lema de ese colegio.
Un beso, buen artículo.Miraré el poema.
Antes se le reñía en la calle a un chiquillo y te hacía caso con respeto. Ahora temes llamarle la antención a alguno.
ResponderEliminarSi los propios padres no les enseñamos a los niños a ver lo que está bien y lo que no, entonces es cuando creamos una generación a la que en el momento en el que se le dice algo, estalla. La vida está llena de baches, y hay que aprender a esquivarlos, pero no por eso vamos a dejar de pasar por ellos.
Un beso y buen día.
Estoy totalmente de acuerdo que hay que dejar que los hijos se caigan, tropiecen, se equivoquen etc...Esto hara que aprendan y enriquezca su crecimiento como personas. Aprender de los errores y las
ResponderEliminarbarreras que les pone la vida modelara su caracter y su personalidad y esto dirigira sus vidas el dia de mañana.
El problema es que no solo se les ayuda a levantarse cuando se caen, lo cual ya les hace mas debiles sino que ni siquiera dejamos que caigan, nos anticipamos a la caida lo cual los hace mas debiles todavia. Un beso
Una de nosotras es más protectora que la otra con sus hijos, sin embargo, ambas coincidimos en no dar margen ninguno a las tonterías, los caprichos y las falsas frustraciones. Aun así, tienen que enfrentarse a menos retos que los que teníamos nosotras, cuando la mayoría tenía que sacarse casi todas las castañas del fuego para avanzar...
ResponderEliminarUn beso grande de las dos
J&Y
"Cria hijos sin límites y te sacarán los ojos". Un artículo que leí hace poco lo decía, y en no poner límites ni decir que no, como algo a lo que hoy en día tiene miedo los padres.
ResponderEliminarYo soy de las que me gusta una educación donde los padres ejerzan de padres, que sepan enseñar en valores, y dejar que los hijos aprendan a andar por la vida sin tantos algodones.
Un beso Carmen y buen finde.
¡Hola!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, me ha gustado mucho la entrada y todo lo que dices tienes razón, para aprender hay que levantarse con las piedras que trompiezas jeje.
Un abrazo.
Me ha encantado el poema de Kipling. Merece la pena leerlo.
ResponderEliminarBuena reflexión.
Besos.
Pertenezco a esta generación, y me fastidia. Puede que yo no sea así, pero la gente con la que me rodeo si. Y la "culpa" es más de los padres que nos tienen entre algodones. Chicos que no se atreven a hacer determinadas cosas por no fracasar, a declararse a una chica por si le dice que no.....
ResponderEliminarEnvidio la generación de mis padres en muchos sentidos, y yo lucho por ser así, y algunos de mi entorno, pero no son la mayoría por desgracia.
Me ha gustado el poema, lo tendré presente a diario.
Te sigo de ahora en adelante.
Buen día.
La fuerza de voluntad y el tesón son dos fortalezas con las que te comes el mundo. Hay que enseñar a nuestros hijos que lo importante es aprender a levantarse, y por supuesto a saber perder con educación.
ResponderEliminarYo lo tengo claro, y en mi vida es lo que la ha marcado.
Buen lunes.
Bueno, yendo contracorriente por loque leo en los comentarioas anteriores, me arriesgo a decir que no estoy dispuesto a que las grandes empresas comerciales, losn intereses económicos, políticos o sociales (vengan de de donde vengan) enseñen a mi hijo que puede y que no puiede hacer.
ResponderEliminarNo es ya Disney, que por cierto soy uno de esos padres que no ha poduido llevar a su hijo cuando tenía la edad, si no otras tantas cosas mucho m´ñas importantes que a través de la TV, los anuncios, el cine, etc le recuerdan a diario que su vida es una mierda, que es pobre (algo que vengo recordándole, a mi manetra, desde que tiene uso de razón) y que posiblemente no tendrá lo básico para que pueda definir su vida (materialmente, porque sí, es eso de lo que hablamos/hablais) como plena y feliz al final de sus díoas.
Yo soy de los que prefiere ir dosificando, a mi manera y en interés de mi hijo (lo que más quiero en esta vida), la fustración.
Contra ella, para mitigarla, dedica mucho tiempo a la semana a prácticar sus deberes de piano (2º Nivel Profesional en el Conservatorio) y le dejo más tiempo aún para que practique su hobby `preferido, el ajedrez. Lo acompaño a sus audiciones y campeonatos... todo en dos actividades en las que los demás, sus copmpañeros, no ven nada de relevante (al menos comparado con un viaje a Disney, que por cierto han realizado la mayoría) y que me he de esforzar en hacerle ver que algún día, no muy lejano, entenderá el verdadero significado de ese esfuerzo.
En fin, que soy de los que prefiere diosificarle la fustración antes que lo hagan los demás por i9ntereses económicos o de otra índole.
Me parece estupendo, y lo que haces, si estás convencido de ello, perfecto, ¿quién es nadie para decirte lo que está bien o mal?
ResponderEliminarPor lo que leo tienes niños pequeños a los que todavía puedes ir "manejando", lo malo es cuando crecen y ya no puedes ir dedicándoles tanto tiempo o bien ellos son los que no quieren que les marques tú las pautas. ¿Quién les dosifica entonces esas frustraciones si ellos no han aprendico a hacerlo?
La pobreza contra la que hay que luchar no es la material, si no la personal, y enseñarles que tengan lo que tengan, la felicidad no está en esas cosas que se ven en la tele o en los anuncios.
Ese es el reto de todo padre con sus hijos.
Tus hijos, según dices, hacen dos actividades que les satisfacen plenamente, aunque a los demás amigos no, ese es problema de los demás. Tus hijos no veo que tengan que estar frustrados, ya que hacen aquello que les llena.
Es imposible tenerlo todo, y en la vida nos vamos encontrando con cantidad de cosas que no vamos a conseguir, y no por eso vamos a estar frustrados siempre.
Y eso es porque nos hemos ido encontrando piedras en nuestro camino que hemos sabido saltar.
Espero seguir viéndote por aquí.