Procusto y su lecho.
¿Sabíais que existe un síndrome llamado de "Procusto"?
Yo lo desconocía, hasta que hace poco una persona hizo mención al mismo después de haber estado hablando con otra.
Os lo cuento a los que como yo no tengáis ni idea de quién fue este interesante personaje.
Proviene de la mitología griega, y era un posadero que tenía una casa en las colinas de Ática donde ofrecía posada al viajero solitario que pasaba por allí.
Una vez estaba dormido, lo ataba y amordazaba. Si éste era más largo que la cama, le serraba la parte del cuerpo que sobresalía. Si, por el contrario, era más pequeño, lo descoyuntaba hasta estirarlo.
Hasta que un día pasó por allí, Teseo, el héroe, quien hizo con Procusto lo mismo que él estaba haciendo. Lo retó a comprobar si su propio cuerpo encajaba con el tamaño de la cama, y una vez en el lecho, lo ató y lo "ajustó", cortándole los pies y la cabeza. Siendo ésta la última aventura que hizo Teseo en su viaje desde Trecén hasta Atenas.
Como ha quedado claro, quienes padecen este síndrome son aquellos que "cortan la cabeza o los pies de quien sobresale".
Todos conocemos a alguien así. Personas que son incapaces de reconocer como válidas ideas de otros, o bien los que tienen miedo a ser superados personal o profesionalmente, los envidiosos.....
Personas que pretenden que todo se ajuste a lo que él dice o piensa, queriendo que todos "se acuesten en el lecho de Procusto".
Síndrome muy interesante por lo que significa, ya que es sinónimo de uniformidad, de intolerancia a la diferencia....y de eso, hoy en día, hay bastante.
Yo los definiría como personas con baja autoestima, egocéntricas, con miedo a conocer a personas mejores. Aquellos que intentan limitar las capacidades de los demás para no dejar en evidencia sus propias carencias.
La persona que me hizo conocer esta historia fue precisamente porque minutos antes había estado con una a la que le encantaba acostar a los demás en su "lecho".
Verdaderamente interesante esta figura, y de la que no te das cuenta hasta que estás ya amordazado y atado. Te roban tu energía y tus sueños.
A mi me encanta la mitología griega y conocía a Procusto, pero no de acostarme en su lecho ¿eh?
ResponderEliminarAl rededor de cada uno de nosotros tenemos casi siempre a alguien con esta "manía". Y si es en el ámbito laboral, ni hablemos.....
Guapísima, ya se te echaba de menos. Que sabes que aprendo mucho contigo y si ya lo se, lo repaso. Buen día.
nº 1
Ni idea. Nunca lo había oído.
ResponderEliminarSin embargo, conozco a unos cuantos, claro que siiiiii
Buena semana, y ¡claro que es buen tiempo cuando llueve!
Jajajaja, me río porque sin conocer el síndrome, ya conozco los síntomas.
ResponderEliminar¡A mi hay veces que me han cortado hasta las orejas! Pero eso es futuro, ahora no me cortan ni las uñas, jajajaa.
Me ha encantado saber que eso tenía un nombre, Procusto, ya no se me olvida.
Un beso corazón, y a no dejarse acostar en ningún lecho de esos.
Si nos analizamos bien, en algún momento de nuestra vida, hemos cortado o intentado cortar alguna que otra cabeza. Por envidia, o quizás por no vernos inferiores. Yo al menos.
ResponderEliminarMuy interesante este síndrome. Una historia un poco escalofriante pero que refleja muy bien lo que describe.
ResponderEliminarClaro que todos conocemos a alguien que te quiere llevar a su "lecho", en el sentido figurado, ¡claro!
Primavera total, después de unos días de calor insoportables, ahora la bendita lluvia. BS.
Hola,
ResponderEliminarme ha interesado mucho la entrada, no tenía ni idea y nunca lo había escuchado, me encanta este tipo de entradas que siempre se aprende algo nuevo jeje.
Un abrazo
Yo también aprendo algo contigo siempre.
ResponderEliminar¡A más de un Procusto conozco yo!
Besos.
Está visto que todo tiene un nombre y viene de algo, jajajaj
ResponderEliminarIgnorante de mi, yo los llamo prepotentes, uffff
Que tengas un buen día, lluviosoooo
Muy gráfico la mitología griega, y muy actual.
ResponderEliminarEn la clase política se ve, por desgracia, mucho. Es una forma de narcisismo, y nunca aprenden más de lo que ya saben.
Un beso y buena semana.
Así era mi abuelo, no había forma de que aceptara otra opinión que no fuera la suya, y mortifica al que tiene al lado, que era mi padre.
ResponderEliminarSon autoritarios, y les cuesta dar su brazo a torcer.
En fin, menos mal que mi padre no salió a él.
Buen finde.
A mi me encanta estar con personas que te dejan expresarte, que te escuchan, que te dejan ser tú misma, y sobre todo que valoran aquello que haces. Son personas con una calidad humana increible, y sabias. En la mayoría de las ocasiones, bastante más listas que tú, pero que no pierden nada dejándote ser a tí.
ResponderEliminarQuizás las personas con ese síndrome son las que por envidia o por carencias hacen que las que están a su lado se sientan como ellas realmente. Y hacen mucho daño.
Lo mejor, saber distinguirlas a tiempo, apartarse de ellas o bien hacer que no te influyan.
Gracias por contarnos su procedencia porque hace que las veamos con más facilidad.
Buen fin de semana.
Muy interesante este Procusto,y gran herencia dejó.
ResponderEliminarSiempres aprendes algo de la mitologia griega. Tambien de ti que eres capaz de encontrar y de actualizar historias como esta. Interesante la de hoy que te hace reflexionar acerca de quien te rodea. Paa mi es un verdadero placer ver como cree y es capaz de sobrepasarte gente con la que trabajas o simplemente compartes eb tu entorno, tanto si es porque tienen esa capacidad o porque tu en alguna medida has ayudado a desarrollarla. No siempre sucede pero cuandi el alumno supera al maestro es de las cosas que mas pueden estimular al que tiene la suerte de poder ser maestro alguna vez de alguien. Un beso
ResponderEliminarEs verdad que de la mitología griega se aprende mucho y trayéndolas tu aquí tengo la oportunidad de conocerlas.
ResponderEliminarUn beso.
¡Pues vaya con Procusto! Desconocíamos a este personaje mitológico y su mala praxis como posadero... Gracias a Dios, no solemos encontrarnos con personas así... Un síndrome para tener bien lejos, sí señor.
ResponderEliminarBesos mil de las dos.
J&Y