"... apasionados de la palabra, de los sentimientos... De todo aquello que hace que la vida sea mejor. Con gusto mediador"
Hola:
Somos Sebastián García y Carmen Sánchez, y en esta segunda etapa de nuestras vidas surge la idea de crear "Con Actitud y Media". Psicólogo y abogada que tienen como nexo en común la pasión por la mediación, la ilusión de hacer que la vida sea mejor con la palabra y la cultura del acuerdo.
Este es nuestro momento de "desaprender para aprender", como tantas veces nos ha dicho nuestro querido Javier Alés Sioli, y nos encantaría compartirlo con todos vosotros, con toda la ilusión del mundo. Intentaremos desde una frase diaria, comentar, contar... reflexionar en definitiva para hacer que "cada día cuente". Contaros también nuestros logros y nuestros avatares. Os esperamos.

viernes, 2 de marzo de 2018

¿Qué mató a la rana?

2 de marzo 2018
¿Qué mató a la rana?



¿Cuántas veces hemos aguantado una situación hasta el límite y cuando ya no hemos podido más hemos saltado?
Unas veces porque "es la gota que colmó el vaso", o porque "todo tiene un límite", o porque "deberías haber tenido la lengua prestada hace ya tiempo", el caso es que un día estallas porque ya no puedes más.
Lo malo es que cuando lo haces, o no era el momento adecuado, o lo haces de forma que estropeas una situación o bien terminas haciéndote daño a tí mismo, quedándote con un fuerte desgaste emocional.
Te encuentras quemad@ sin haberte dado cuenta de que tenías que saltar antes para poderte salvar. Esta situación se da con mucha frecuencia, y en ocasiones podías haberla resuelto antes de llegar hasta ese extremo.
Por ello es bueno conocer lo que se llama "el Síndrome de la rana hervida".

¿Que en qué consiste este síndrome?
Ponga una rana en un recipiente lleno de agua y comience a calentar el agua. A medida que la temperatura del agua empieza a subir, la rana ajusta su temperatura corporal en consecuencia. La rana se mantiene ajustando su temperatura corporal con el aumento de la temperatura del agua.
Justo cuando el agua está a punto de alcanzar el punto de ebullición, la rana no puede ajustar más. En este punto la rana decide saltar. La rana trata de saltar, pero es incapaz de hacerlo, ya que ha perdido toda su fuerza ajustando la temperatura corporal. Muy pronto la rana muere.
Pensemos seriamente una cosa: ¿Qué mato a la rana?
¿El agua hirviendo? ¿De verdad?
NO, lo que mató a la rana fue......su propia incapacidad para decidir cuándo saltar.
Así es. Tengamos esto en cuenta para próximas ocasiones en las que tengamos necesidad de "saltar". No lo dejemos para el último momento, no apuremos tanto. No intentemos apagar con fuego un incendio ni con agua una inundación (Confucio).

Buen principio de mes de marzo, tercero del calendario gregoriano pero primero del romano. ¡Uffff! que lío. 

15 comentarios:

  1. Interesante Síndrome. ¡Ahora hay nombre para todo!
    Yo tengo un lema: "Si abordas ua situación como asunto de vida o muerte, morirás muchas veces".
    Buen fin de semana guapísima, y te imagino disfrutando con tanta lluvia.
    nº 1

    ResponderEliminar
  2. Jajaja, probre rana, ¡con esto de los experimentos!
    Yo digo las cosas cuando las tengo que decir, antes de calentarme más, es lo mejor.
    Un beso corazón, y que no te mojes con tu gabardina y tu paragüas.

    ResponderEliminar
  3. ¡La de cosas que aprendo con este blog y contigo!
    Lo tendré presente para la próxima vez, que seguro que la habrá.
    Un beso y buen finde invernal.

    ResponderEliminar
  4. Yo tengo la costumbre de aclarar las cosas a medida que me van pasando. No dejo que se agranden, y prefiero hablarlo por si hay algún mal entendido.
    ¡Vamos que a mi no me pasa lo de la rana!
    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Yo soy de las que me muerdo la lengua casi siempre para no decir algo inoportuno a determinadas personas que se merecen que les digas de todo.
    A mi cualquier día me pasa lo que a la rana, jeje jeje.
    Viernes infernal, besos.

    ResponderEliminar
  6. Las guerras se ganan teniendo una buena estrategia de ataque y de defensa. Eso es lo que aplico yo en mi vida. Una buana estrategia.

    ResponderEliminar
  7. Que me cuesta a mi "saltar". Tengo que aprender a decir las cosas cuando hay que decirlas, porque me lo callo todo.
    Dias de paragüas, vaya mes de marzo. Bs.

    ResponderEliminar
  8. Esa ranita hirviendo.....que penita.
    Yo no me suelo callar casi nada,lo digo con tacto pero no espero a estar ya hasta el....moño,jjaajaa.
    Es mi forma de ser,así no me suelo estresar.
    Sábado lluvioso y lo que nos queda....,un beso.

    ResponderEliminar
  9. Pues nosotras estamos en los dos extremos; ¡una que no se calla ni una, y la otra que se las calla todas! Y lo cierto que ni tanto ni tan calvo, como siempre, la virtud está en el centro, habrá que practicar para llegar allí...

    Besos mil de las dos

    J&Y

    ResponderEliminar
  10. Lo mio es curioso, porque tengo mucho carácter, pero como me gustan poco las discusiones, suelo callar mucho. Sin embargo tengo una cuñada que no se calla ni una, pero que después a ella no le digan nada. ¡Es muy lista!
    Yo voy a aprender un poquito de esta historia.

    ResponderEliminar
  11. Yo a discreta no me gana nadie. Pero también he aprendido que es peor calentarse e ir sumando gotas en el vaso, porque después revientas o rebosas y ya no hay remedio.
    Antes saltar a tiempo que herbir y morir, ¿o no?
    Feliz lunes y feliz semana.

    ResponderEliminar
  12. Como la rana me encuentro yo con una compañera de trabajo que no se como decirle que la higiene personal es para todos los días. Estoy que estallo, es algo horroroso. O se lo digo claro y con calma, o empiezo a tirarle indirectas.
    En fin, problemas pequeños pero que llega un momento que no se puede más.....
    Besos.

    ResponderEliminar
  13. Hay veces que se aguanta una relación destructiva por simple apego emocinal. Son víctimas de su propia dependencia, y cuando llega el momento en que no pueden más, ya no tienen fuerzas ni para defender su postura.
    En muchas parejas pasa esto, y cuando ya te cuentan la situación, o es demasiado tarde, o cuesta mucho salir de donde se encuentran.
    Hay que "saltar" nada más notas los primeros síntomas de calor.
    Buena semana, un beso.

    ResponderEliminar
  14. Aprender a decir las cosas en el momento oportuno es algo educacional. En Andalucía pecamos de dos cosas, o bien de aguante, hasta que sale por la boca los mayores improperios, o bien decir lo primero que se te viene a la cabeza en cada momento sin calibrar primero la forma.
    En el término medio está la virtud.

    ResponderEliminar
  15. Jajajjaa, entantadora la rana, pobrecita.
    Yo estoy empezando a aprender a decir "no". Es decir que todavía me queda mucho por delante hasta llegar a saber cuando tengo que decir las cosas sin achicharrarme.
    ¡Pero todo llegará!
    Miércoles de escándalo, bsss.

    ResponderEliminar