"... apasionados de la palabra, de los sentimientos... De todo aquello que hace que la vida sea mejor. Con gusto mediador"
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Somos Sebastián García y Carmen Sánchez, y en esta segunda etapa de nuestras vidas surge la idea de crear "Con Actitud y Media". Psicólogo y abogada que tienen como nexo en común la pasión por la mediación, la ilusión de hacer que la vida sea mejor con la palabra y la cultura del acuerdo.
Este es nuestro momento de "desaprender para aprender", como tantas veces nos ha dicho nuestro querido Javier Alés Sioli, y nos encantaría compartirlo con todos vosotros, con toda la ilusión del mundo. Intentaremos desde una frase diaria, comentar, contar... reflexionar en definitiva para hacer que "cada día cuente". Contaros también nuestros logros y nuestros avatares. Os esperamos.

jueves, 25 de septiembre de 2014

25 de septiembre de 2014
Mediación y Terapia (diferencias)



Hoy me voy a permitir dejar mi humilde opinión y que en su día trasladé a mis compañeros del grupo de supervisión de casos clínicos del Colegio de Psicólogos, como respuesta a comentarios lanzados por algún compañero en términos como que "la mediación no es más que una terapia light": 



1º Para diferenciar la terapia de pareja y la mediación en un conflicto de pareja podría simplemente acudir a las múltiples definiciones que existen de una y otra, pero para ser más gráfico lo haré planteando algunas preguntas: 
¿Cuál es la demanda con que llegan los pacientes/clientes? 
En terapia podría ser algo como: "nuestra relación no funciona y necesitamos ayuda para recuperar la sintonía" 
En mediación sería algo como: "nuestra relación se ha roto y necesitamos ayuda para que el proceso de ruptura sea amistoso y evitar traumas innecesarios a nuestros hijos" 
Por lo tanto "la mediación comienza donde acaba la terapia" 


2º Otra forma de diferenciar ambas intervenciones podría ser la respuesta a 

¿Cuál es el éxito de la terapia? Y ¿cuál el de la mediación? 

En mi opinión, la terapia alcanza el éxito cuando la pareja, tras descubrir que es mucho más importante lo que les une que lo que les separa, reinventa su relación y salen de la consulta cogidos de la mano. 
En mediación, el éxito está en que ambos se responsabilicen de su conflicto, en que dialoguen en un entorno adecuado de lo que ellos quieran y en que puedan llegar a los acuerdos que ellos quieran, incluido el acuerdo de no llegar a ningún acuerdo.



3º Como aspecto más determinante de la diferencia entre terapia y mediación, esta "el lugar del profesional". 

El terapeuta es el experto en la mente y sus procesos, es el que "sabe" y "controla" los mecanismos relacionales de la pareja. Su posición es la del "experto", está en un plano superior y la pareja espera de él que, con su mayor conocimiento, les conduzca a la solución de sus problemas. 
En cambio, el mediador debe, como primera premisa, colocarse en el mismo plano de las partes, evitando en todo momento aparecer como "el experto", ya que los únicos expertos en sus conflictos son ellos y su único objetivo es el de acompañarles "a donde ellos quieran ir". El mediador debe estar dispuesto a hacer la renuncia narcisista que implica renunciar a hacer juicios de valor o suponer que él tiene la solución al conflicto de sus clientes. 



En mi opinión terapia de pareja y mediación en conflictos de pareja no son conceptos excluyentes ni contradictorios, son más bien complementarios.

Para que cada profesional haga bien su tarea, tiene que tener estos conceptos claros, y no entrar uno en el terreno del otro.

6 comentarios:

  1. Por el primer párrafo del artículo deduzco que hoy no eres tú la autora del mismo.
    Queda clara la diferencia entre uno y otro Sebastián. La tarea del mediador es complicada y veo que tiene que cumplir cualidades muy específicas.
    Enhorabuena a los mediadores, hacéis un trabajo estupendo.
    Y a ti guapísima mediadora, que tengas un buen día.

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    1. Buena deducción. El artículo es de mi compañero Sebastián, que es también psicólogo. Si que es complicada pero muy bonita y gratificante.
      Gracias y lo mismo te deseo anónimo.

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  2. Tras la lectura de las definiciones y diferencias expuestas en el artículo, no me queda otra opción que la de pensar en la inanidad del mediador.
    1/ Si la pareja acude al terapeuta porque no sabe cómo recuperar la sintonía -es decir, no sabe-, cuando visita al mediador porque cree que su relación está rota es muy posible que tampoco sepa, en cuyo caso, y para prevenir, mejor tratar en primer lugar con un terapeuta, que, bien sacará del error a los miembros de la pareja, bien certificará la ruptura. En este último caso, la intervención del mediador deviene innecesaria, dado que ¿quién mejor que un “experto de la mente” para evitar a los cónyuges la violencia de una separación y traumas a los hijos?
    2/ De la diferencia basada en el criterio del éxito del profesional, según está desarrollada en el artículo, se obtienen conclusiones erróneas. Si la pareja recurre al terapeuta porque no sabe cómo recuperar la sintonía, el triunfo de aquél no depende de que los esposos salgan de la consulta cogidos de la mano y cantando “somos novios”, sino de que la abandonen sabiendo. Entraron ignorantes y se marcharon sabios. Que lo aprendido sea que deben seguir juntos o contratar a un abogado (para qué más intermediarios) es irrelevante.
    Con respecto al contenido del éxito del mediador, nada que decir más que mostrar mi asombro ante un descubrimiento equivalente al de la cuadratura del círculo: también triunfa consiguiendo el acuerdo de no llegar a ningún acuerdo. ¡Qué hábiles los mediadores! Siempre gana, como la banca.
    3/ Plano del profesional. Conforme con todo lo escrito referido al terapeuta. Pero si la descripción del rol del mediador es la de colocarse “en el mismo plano que las partes”, “no aparecer como experto” y “acompañar”, no distingo la diferencia entre éste y su primo fresador.

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  3. Bueno, veo que el sentido del humor no te falta. Siempre he dicho que eres un buen abogado y eres capaz de darle la vuelta a lo que se te ponga delante.
    Se que lo has entendido perfectamente porque eres muy inteligente, así que no voy a entrar a explicarte los errores que has expuesto.
    Un día nos tomamos una cervecita y te lo explico de forma que no te quede ninguna duda, pero invitas tú. Se que admiras nuestra profesión, la de mediadores, igual que la otra nuestra, la de abogados, te conozco ya bastante.
    Hasta la próxima M.C.

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  4. Una de nosotras sabe mucho de eso ya... ¡"Ce la vie"!

    Muchos besos de las dos

    J&Y

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  5. Y seguro que le fue bien.
    Un beso y "bon week-end" a las dos.

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