4 de septiembre de 2014
DISCUTIR ¿porque?
En este mi primer post del nuevo curso y enlazando con la
idea de buenos propósitos de mi compañera de Blog, me atreveré a hacer una
reflexión sobre algo que suele cargarse de un plumazo muchos de nuestros buenos
propósitos: Las discusiones.
Discutir implica debatir e intercambiar
ideas. En nuestro país, la palabra discusión, va más allá de un simple debate.
El momento de intercambiar ideas, lo aprovechamos para lanzar contra el otro
motivos de rabia y frustración que se nos han quedado dentro. Entonces, la
discusión se convierte en un combate para ver quién puede más. Parece que el que
más grita es el que tiene razón.
No es lo mismo discutir un punto de
vista con alguien que nos es ajeno o desconocido que con alguien de nuestro
entorno cercano.
Es decir, sabemos discutir manteniendo la calma y la
moderación. Sin embargo, somos inseguros, y eso se nota en la necesidad de tener
el poder. Así, si consigo que te arrepientas, me pidas perdón, te estoy trayendo
a mi terreno dominante, soy más fuerte y tú te conviertes en el débil
dominado.
Convertimos la discusión en una batalla a ver quién gana, no en
un debate que pretenda acercar posiciones o entender mejor al otro. Por eso el
objetivo es desarmar al contrincante.
Aceptando que son inevitables, la próxima semana
veremos como hacer que, en lugar del principio de la ruptura de la relación, la
discusión sea algo positivo y enriquecedor.
Cada día discuto menos. Hay personas con las que, digan lo que digan, ni entro. Me gusta debatir pero con personas de nivel, que tengan algo que aportar. Hoy no hay buenos debates, solo discusiones y gritos.
ResponderEliminarEstoy con Carmen en que a pesar de todo sigo con los propósitos de después del verano, y os digo una cosa, ¡que bien!
Sebastián, espero impaciente el artículo que propones, y a ti Carmen, hasta mañana guapísima.
Buena disciplina y admirable, porque hay veces que determinadas personas te hacen sacar lo peor de ti con sus comentarios.
ResponderEliminarAsí me gusta que no decaigan las ganas de hacer las cosas que nos hemos propuesto, todo es empezar, aunque mi compañero quiera picotearme, jajajaa.
Buen jueves anónimo.
He querido decir boicotearme, que no se me enfade, a ver en qué estaba yo pensando, ufffff
ResponderEliminarEse tipo de discusiones las evito. No me gustan las batallas campañes. Eso sí, no me callo ya y y digo lo que pienso, de buenas maneras. Una cosa es no entrar en fregados y otra callarte y tragarte las cosas por no discutir.
ResponderEliminarLa verdad es que no es fácil Nuria. Cuando empiezas la discusión con alguien que sabes que siempre tiene que llevar razón, yo ya opto por dejársela, suelen ser personas que no escuchan, más que a sí mismos, por lo que no gasto mis energías en ello.
EliminarEn algunas ocasiones una buena callada dice también mucho, ¿no crees?
Gracias por tu reflexión.
Una retirada a tiempo es una victoria, como bien decía Napoleón. En muchas ocasiones no discutimos, lo hacen nuestros egos.
Eliminar