"... apasionados de la palabra, de los sentimientos... De todo aquello que hace que la vida sea mejor. Con gusto mediador"
Hola:
Somos Sebastián García y Carmen Sánchez, y en esta segunda etapa de nuestras vidas surge la idea de crear "Con Actitud y Media". Psicólogo y abogada que tienen como nexo en común la pasión por la mediación, la ilusión de hacer que la vida sea mejor con la palabra y la cultura del acuerdo.
Este es nuestro momento de "desaprender para aprender", como tantas veces nos ha dicho nuestro querido Javier Alés Sioli, y nos encantaría compartirlo con todos vosotros, con toda la ilusión del mundo. Intentaremos desde una frase diaria, comentar, contar... reflexionar en definitiva para hacer que "cada día cuente". Contaros también nuestros logros y nuestros avatares. Os esperamos.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

11 de Diciembre de 2013
EL CAMBIO EN LA MEDIACIÓN




Al llegar a la sesión informativa, las dos personas están circunspectas, airadas, apenas se miran; las posiciones parecen inflexibles, ambas se dirigen comentarios llenos de reproche a través del mediador y podría decirse que será imposible que accedan al diálogo y acerquen sus posturas.
Los sentimientos están dañados, hay muchas emociones en juego y el motivo del conflicto hace tiempo que pasó de ser algo sobre lo que ambos opinan diferente a un asunto personal en el que el honor y el orgullo juegan un papel crucial. El problema en sí, grande o pequeño, no parece ser tenido en cuenta en relación con los demás aspectos y ámbitos de la vida, "no existe otra cosa en el mundo, sólo este asunto que debemos resolver aquí y ahora". 

Además, ambas partes están totalmente convencidas de tener la razón absoluta y de que la verdad está con ellos. Tan solo es cuestión de justicia que se les devuelva lo que es suyo. El panorama es desolador, pues: intereses opuestos, posturas irreconciliables.


De pronto parece como si empezara a amanecer, el mediador va desarrollando
el proceso apoyado por sus técnicas y procedimientos, la cosa parece que se empieza a aflojar como cuando echamos aceite lubricante en un tornillo que no quiere salir. Los nervios se van calmando, la activación psicofisiológica se va regulando, las partes van bajando el tono de hostilidad, el espacio para la escucha se va consolidando y los argumentos y perspectivas de unos y de otros empiezan a materializarse y cobran cierto sentido por primera vez. 

De súbito, las personas se reconocen. Pueden volver a mirarse a los ojos. Han recobrado la capacidad para escuchar al otro, para intentar comprenderle y después intentar hacerse comprender. Hay respeto, diálogo, empatía, comunicación. Un peso enorme cae de los hombros. Las personas estamos deseando disolver el conflicto, eliminar la disputa, liquidar las cuentas pendientes, poder dedicar nuestra energía y nuestro tiempo a otros asuntos más interesantes, más agradables.
Había algo enquistado, algo quizá no demasiado importante si lo comparamos con lo que de verdad importa en la vida. Ahora sonríen, se expresan abiertamente, son libres para seguir adelante con sus vidas. Ha salido el sol.

No siempre sale, a veces las nubes impiden llegar a la solución, pero cuando sale, ¡Dios mío! Es extraordinario. 


Es mágico!!!!!



2 comentarios:

  1. Muy cierto, Carmen

    Mediar es acercar el corazón
    Sentir que no hay distancia
    Sentir que no hay dolor,
    Sentir que en las palabras
    Se prende la esperanza
    De la negociación




    M.García

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  2. Por eso es extraordinario, es mágico, es......una sensación que sólo el mediador lo sabe,

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