5 de Febrero de 2014
LA FUERZA
DEL HALAGO
”No voy a
premiar a mi hijo por estudiar. Es su obligación”; “¿Felicitar a mi comercial
por su trabajo?; por ahora no lo haré, podría relajarse”;”¿Por qué he de decirte
que está rico? Ya lo sabes, siempre lo está”.
Ciertamente nos desenvolvemos en
un mundo en el que los halagos y las palabras de reconocimiento son muy
difíciles de escuchar… Todavía son muchos los opinan que no son tan necesarias.
Pero ¿de verdad esto es así?
Pues según
parece, quien así piensa se equivoca. La investigación ha demostrado de manera
contundente que los halagos y palabras de gratitud y reconocimiento generan
emociones muy positivas y un enorme bienestar. Y no solo eso,
también mejoran la motivación, potencian las capacidades, el aprendizaje,
razonamiento y la autoestima. Además, estudios de empresa demostraron que
mejoran la productividad, la resistencia al cansancio, la creatividad y el
trabajo en equipo. Está claro. Hoy no es posible concebir el desarrollo de la
persona al margen de las emociones, ni tampoco de las palabras, aunque muchos
piensen lo contrario.
Sin embargo, a pesar de las evidencias, la
proporción de felicitaciones y reconocimientos sigue siendo insignificante en
comparación con las veces que detectamos fallos. Eso se nos da fenomenal; pero
halagar nos cuesta mucho más. Los especialistas coinciden. Queda mucho por
hacer; seguimos sin ser conscientes de la importancia de hacer halagos o
expresar gratitud.
La investigación no deja dudas. Se ha
demostrado que la falta de reconocimiento acaba alterando el estado emocional.
Estudios con empleados demostraron que genera desconcierto, inseguridad, enfado,
ansiedad e incluso depresión. Deteriora también la autoestima. Y por si fuera
poco, estudios realizados en entornos educativos demostraron que acaba generando
apatía, falta de estímulo y motivación; ausencia de creatividad e innovación. Y
se confirmó que si además se añade la crítica, los efectos negativos se
multiplican. Hemos de tenerlo claro. Aunque parezca que no nos afectan, nadie es
inmune a los juicios negativos y menos si éstos son frecuentes.
Nadie.
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Los beneficios que provoca la gratitud son fantásticos, es la mejor forma de subir la autoestima y de sentirse útil. Como ves, mi forma de agradecerte tus artículos es así, y como tú dices, no cuesta trabajo y además es gratis, eso si, que me haces madrugarrrrr.
ResponderEliminarGracias por tu agradecimiento, y siento que te haga madrugar, pero como dice el refrán, "al que madruga......"
ResponderEliminarAlgún día espero que pases del anonimato.Un abrazo.
Por supuesto que te doy mi voto.
ResponderEliminarGracias!!!! te lo agradezco.Con solo pinchar, ya te sale.
ResponderEliminarSon normas mínimas de convivencia trasladada en el plano laboral que, efectivamente, como bien escribís, pueden dar buenos resultados. Comparto compañeros, enhorabuena!
ResponderEliminarSeguro que dan buenos resultados, se dice que se cazan más moscas con miel que con hiel.
ResponderEliminarGracias compañera y amiga. Un beso.
Tengo un equipo al que valoro, pero seguramente podría tener más en cuenta este aspecto tan importante en el trabajo y cuando tienes responsabilidad sobre un equipo es muy importante la motivación
ResponderEliminarCuando alguien recibe un halago como gratificación, supone tanto, que te motiva para trabajar el doble, o para hacerlo todavía mejor. Es como un pellizquito agradable que te hace saltar de alegria y ponerte las pilas a tope.
EliminarTu equipo tiene el mejor jefe, y esto es un halago!!!!
Vaya mi halago personalizado a todos los que estáis ahí.....
ResponderEliminarA ti que has tropezado muchas veces
Y no por ello dejas de luchar,
Que piensas que no hay que detenerse,
Sin haber combatido hasta el final
A ti que siempre compartes tu amistad
Con mucho corazón, sinceramente
A ti te doy las gracias por estar
Y compartir con todos lo que sientes
M.García
¡Un halago y además en poema!......no se puede pedir más.
EliminarA los que les guste la poesia, no dejeis de entrar en el muro de María García, los tiene de todos los colores, porque a parte de los poemas, el decorado merece la pena, y alegra la vista.